MÚSICA, MAESTRO!El creador de La Bomba de Tiempo, nos habla de su historia y sus proyectos, paseando por cada uno de los rincones de su vida musical.
¿Cómo te iniciaste en la música?Con mi familia, me fui a vivir a España cuando era chico. Ahí empecé a estudiar batería y solfeo a los 10 años. Cuando volvimos a Argentina, seguí estudiando batería con Horacio López pero en algún momento sentí que tenía ganas de empezar a estudiar música en alguna Universidad y fue como elegí el California Institute of the Art (CalArt), que está ubicado en una colina, donde no hay nada. Luego de 2 años regresé a Argentina, con la idea de haber concluido la etapa formal de educación y comencé a plasmar todo lo que fui a aprendiendo en esos años, y así fue que armé la primera versión de puente celeste.
¿Cómo fue que empezaste a proyectarte como director a través del lenguaje de señas?
Estudié dirección en CalArt. Lo que me interesaba era poder dirigir mi música, como una forma de lograr que suene lo que escribía como compositor. Hay una anécdota al respecto: yo había escrito una composición que tenía un cuarteto de cornos, un tema bastante complejo. Contraté a una mujer que era la primer cornista de la filarmónica de Los Angeles. Nos pasamos horas pero la grabación no quedó bien, no representaba lo que yo tenía en mi mente. Por lo que llamé a otro cornista, menos conocido, con quien pude soltarme y transmitirle lo que yo quería de la manera más directa posible, a través de señas y gestos, marcando con el cuerpo lo que yo escuchaba en mi cabeza. Cuando volví al país, armé un grupo de entrenamiento rítmico, en donde empecé a utilizar las señas que había aprendido en CalArt y otras que fui inventando, mayormente señas sonoras. Hasta que me topé con Butch Morris, y me di cuenta de que lo que él hacía era lo que yo buscaba. Hablar con las manos.
Te caracterizas por dirigir agrupaciones numerosas, ¿Cuáles son ellas y como definirías a cada una?Primero apareció el Colectivo Eterofónico, junto con 17 músicos con los cuales armamos, entre otras cosas, una fábrica de reciclaje de aluminio, en la cual ellos manejaban las máquinas y yo a través de señas les marcaba lo que tenían que hacer, casi tocando junto con las máquinas. Fue un grupo que tuvo un desarrollo muy interesante, explorando lo armónico y tímbrico.
Hasta que empecé a tener la necesidad de hacer música con groove, que se pueda sentir en el cuerpo, a través de un grupo de percusión que sirva para bailar pero que también tenga la experimentación necesaria para poder explorar ritmos, con la idea de generar un espacio social y cultural. Fue así como se disolvió el Colectivo y nació La Bomba de Tiempo. Luego, como una extensión de mi proyecto solista, surge La Grande. (Juan Cruz de Urquiza, Rodrigo Dominguez, Ale Franov, Ezequiel Borra,Richard Nant, Juan Canosa, JavierMatanó, Mariano Domínguez, Diego Lopez de Arcaute, Andrés Inchausti, Mario Gussoy Lucas Helguero). Es un lujo tener una banda con esos músicos. Al igual que La Bomba, es improvisación pero de una manera específica, con un lenguaje armónico definido, por las notas.
Quiero trabajar un concepto con la grande, que es la asociación libre que se da en el sonido con los sueños, que se mezclan músicas y ruidos. La relación en la multiplicidad de cosas. Últimamente es algo que esta viéndose mucho en el mundo de la música electrónica. Esa especie de juego en vivo, en tiempo real y tocándolo, sin prejuicios armónicos. Una parte del grupo tocando un reggae, otro punk, otro jazz y todo eso manejado en el momento.
Punch! y Monoambiente son tus proyectos solistas, hablanos un poco de ellos...
Me gusta mucho el mundo de la grabación, de la producción de discos que solo se pueden hacer en estudio. En punch! Y monoambiente, está volcada una combinación de cosas en la que entra la parte de la producción pero en vivo.
Es como una suerte de grabación improvisada en tiempo real. Son proyectos que vengo pensando hace unos 15 años, pero no los había podido realizar hasta ahora porque la tecnología no me lo permitía.
Punch!, Monambiente, Puente Celeste, La Bomba de Tiempo, La Grande… ¿Cuándo dormís?Es un tema de balance que estoy aprendiendo, por una cuestión de salud, aunque a veces me doy cuenta que me paso de rosca. En esos momentos trato de pedir ayuda para poder balancear las diferentes partes de la vida.
Hay una frase a la que recurro ante esas situaciones: Madurez es el estado de equilibrio entre la osadía de mostrar lo que uno quiere y la compresión y el respeto por lo que ya existe. En mi caso es una cuestión de necesidad: me surge un proyecto, una idea, y luego de someterlo a una cantidad de pruebas para ver si puede caminar, decido que tengo que hacerlo.
¿Nunca pensaste en dejar todo?Se me pasó más de una vez por la cabeza. Pero creo que no tiene que ver con eso, porque siempre vuelvo a lo mismo. Es la vida que elijo, y me hace bien. Que lo que uno haga se convierta en algo independiente como por ejemplo un disco; una vez que lo hacés, no hay mas nada que agregar. Ese proceso de materializar algo que está en la cabeza, se independice de uno y que se convierta en algo que pertenezca al mundo. Es algo que relaciono con el tema de los hijos. Crearlos, ayudarlos a crecer y que sean parte del cosmos cuando ya no te necesiten.
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La Bomba de Tiempo: Todos los lunes a las 19:00 hs. en Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131).
La Grande: Todos los miércoles a las 22:·30 hs. en Club Aráoz (Aráoz 2424).
---fuente: Juan Torres para Revista Gata Flora #11